Desde el gobierno se vienen maquinando dos procesos nada
limpios de cara a las elecciones del próximo 6 de diciembre. El primero ya lo
conversamos por acá y es simplemente
jugar a la división de la unidad recién consolidada por la oposición utilizando
la figura de Leopoldo López, con o sin su beneplácito.
Ahora tenemos al gobierno jugando con fuego en otro frente.
El uso del Estado Táchira como laboratorio social aplicando un estado de
excepción innecesario con la excusa de un enfrentamiento entre
“contrabandistas” y la FANB. El resultado hasta ahora: una cacería xenofóbica,
deportaciones y la paralización de una zona económica bastante golpeada por la
crisis nacional, ¿recuerdan cuando el bolívar valía mucho más que el peso
colombiano? En aquel entonces el gobierno colombiano no culpaba a los vecinos
por su crisis ni cerró fronteras, simplemente se dedicó a trabajar para sacar a
Colombia del atolladero y desde entonces lo está logrando.
El gobierno venezolano debería hacer lo mismo, dedicarse a
sus asuntos y trabajar de verdad por el país, si no tienen que ofrecer más allá
de enfrentamientos y división entonces que permitan a una nueva generación
liderar el país para salir adelante.
Es una realidad cantada, al único que le sirve la violencia
en el país es al gobierno y es el único que puede detenerla realmente, o
utilizarla con fines políticos para esquivar lo que se vislumbra como las
elecciones más difíciles para el madurismo. No se extrañen cuando amplíen el
estado de excepción a todo el país para “proteger” al venezolano, cuando lo que
en realidad buscarán es crear un ambiente político más favorable al gobierno.
Son estrategias dictatoriales, sucias y que van en contra de
los pueblos libres. Veremos si nuestra Venezuela se las aguanta o, una vez más,
trata de vivir con ellas mientras los gobernantes siguen hundiendo al país con
mayor potencial productivo del mundo en la más oscura miseria.
La salida a esto es la unión del pueblo, de forma organizada
y evitando caer en los chantajes políticos. Sea en nombre del preso político
que sea, quebrar la unidad es quebrar la única esperanza que nos queda por
comenzar a recuperar a la Venezuela que se merecen nuestros hijos y nietos.
Piensa cuando escuches las noticias, cuando hagas las colas
para tratar de conseguir alimentos, cuando veas que la inseguridad se acerca a
tu puerta, a tu familia. Piensa ¿realmente esa Venezuela dividida y
sobreviviente es la que quieres para el futuro de los tuyos?
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