miércoles, 30 de septiembre de 2015
“Adiós al chavismo”, opinión escrita en Aporrea por ex ministro chavista
Este escrito ya desde hace mucho tiempo ha debido hacerse, pero ya es hora de echarlo sobre la rueda pública, palabras que en realidad tienen una connotación tan personal como política. Poco importa, porque ni en lo más íntimo dentro de todos los perfiles de una vida controversial siempre se van uniendo irremediablemente los asuntos personales y los políticos, las cargas sociales y propias que llevamos por dentro. Es por eso que las cosas en definitiva “hay que decirlas” si algo todavía tiene sentido decirse. La revolución son tonterías románticas, utópicas, quizás, pero que cobran toda su razón de ser cuando vemos como el corazón se une a la cantidad de sueños que han atravesado nuestras vidas, y que muchas veces han tenido que sufrir la atrocidad de las bestias represivas; dolor y querencia allí está la confrontación imposible de resolver. Y así como han tenido que sufrir al bárbaro también han sentido la maravilla de la apoteosis colectiva en su propio grito. Seres desplegados pidiendo el olvido a toda la maldición centenaria de la esclavitud, la pobreza y la sumisión para al fin hacerse dueños de sus cuerpos y tierras, que quisieron en su momento decirle adiós para siempre a esa historia odiada. Esa era la revolución y seguirá siéndolo pero en su senda perdida; la premonición de un gran fracaso que se revienta ante nuestros ojos, y que en mi caso lo pude percibir desde muy temprano.
“Prefiero decir un NO” como dice la canción de la diva a seguir convalidando circunstancias que son algo que nos niega dentro de cualquiera que sea el sentido que le hemos dado a los pasos que uno a uno se han hecho entre luchas y sueños, ese es el mensaje latente que se siente tras bastidores de miles y miles de gentes que aún hacen lo posible de darle algún sentido a alguna franela roja que les sobra en el armario. Venezuela es un país mediano, sin connotación alguna dentro de la risa imperial que no sea su inmensa masa de recursos minerales y biocarburos, pero lleno de recordatorios legendarios que la vuelven una ensalada entre los mitos repetidos y las presencias de certeros engañadores a la zaga de la riqueza pública concentrada entre el BCV y PDVSA. Curioso país que no tiene nada que ofrecer en lo que acontece a su actualidad pero es el bolsón originario de todos los heroísmos nuestramericanos. Un meollo al fin sin síntesis posible entre grandezas pasadas y la realidad más inanimada sujeta al mando de quienes jamás entendieron lo que es un paso a favor de la alegría colectiva, ni tampoco les interesó en lo más mínimo. Cuando no hay visión de nación, no hay colectividades profundamente morales y mucho menos de una nación que propone al mundo una vida radicalmente distinta a la que nos impuso el devastador capitalismo, cuando ella es simplemente una guerra que se mueve entre discursivas grandiosas de heroísmos pasados y las ansias desesperadas por tomar el control de las rentas de riqueza que deja el subsuelo sortario, entonces pueden estar seguros que la “razón revolucionaria y emancipadora” rápidamente se esfuma, como ciertamente ha pasado y con ella lo mejor del chavismo.
El chavismo se fraguó como una apuesta subversiva que supo en su momento recoger todas las fuerzas que quedaron pendientes luego de los grandes fracasos de las izquierdas armadas y reformistas, al mismo tiempo que una jugada con seres gansteriles que supieron entender que lo mejor era entremezclarse con la diáspora rebelde que desde mediados de los años ochenta no tuvo manera de contenerse, poniendo bajo la mesa muy bien escondida el verdadero conservadurismo que unía en una misma cofradía conspirativa al gánster con el ser más reaccionario, unidos al vuelo subversivo de los soñadores. Desde esa majestuosa ensalada donde no hay sabor que se combine, es que se entiende que el nuevo apogeo revolucionario tenía que asumir las formas de una gesta caudillesca como en efecto pasó. De hecho era imposible para aquel entonces una dirección colectiva, ideológicamente homogénea, más bien las apologías “a la diversidad, a la horizontalidad” que una y otra vez repetimos, en nuestro caso particular paradógicamente no eran más que una bienvenida al caudillismo, un rechazo al nosotros unificado y organizado y una raro retraimiento al “pueblo” liso y pobre comandado por su hijo elegido, de siglos pasados. Por estas mismas razones, era inaceptable la emergencia de un caudillo imponente y despótico, sino un aprendiz de la base popular que dio vida; la maravillosa senda y personalidad de Chávez. El también tenía que ser “diverso y horizontal”, es decir, igualitario, algo que Chávez entendió y militó en ello, aunque me haya pateado en la cara el libro de “Los Fabricantes de la Rebelión”, por indudable soberbia.
Desgraciadamente ese mismo aprendiz de multitudes, de sus sueños y de sus programas, de la radicalidad extrema a la hora de proponer un nuevo horizonte a nuestro país, de esa fantasía inicialmente maravillosa del poder popular, del vomitar cualquier pasado para hacer cierta la posibilidad de algo que se asemeje a la realización material bolivariana, al mismo tiempo convirtió en tesis de gobierno arrastrar esa ensalada gansteril que poco a poco se fue comiendo no solo las antesalas burocráticas de la presidencia y ministerios sino a colectivos, dirigentes, cuadros históricos de la lucha revolucionaria. Si hay un legado de Chávez realmente oscuro es el no haberse sacado de encima el caudillo que lo obligaron a ser para convertirse en el dirigente con disposición a utilizar el mando de Estado en contra del sustrato gansteril que lo acompañó en su fase conspirativa y posteriormente democrática.
Esta maraña de situaciones tengo años tratando de entenderla después de sufrirla, en algunos casos de escribirla, sin mayores éxitos, lo cierto es que tenía que suceder lo que hoy sucede para tomar el paso del cual muchos sencillos seres de mi país hacen sin mayores complejidades mentales, aunque sean muy intensos sus sentimientos: el adiós al chavismo. Una revolución supone situaciones de dura decisión que llevan consigo todos los riesgos de la historia, sin esas decisiones es absurdo, cobarde y mentiroso hablar de ella y mucho menos dirigir en nombre de ella. Si aquí no se hizo desde los inicios que era indispensable entonces desde hace mucho tiempo hemos debido hablar en estos términos. El chavismo muere con Chávez al igual que el fidelismo muere con la ida de Fidel de la dirección de Estado. Cuba y Venezuela han sido las últimas utopías de Estado revolucionario encarnadas en los héroes que le dieron paso. Chávez al no romper con el caudillo que le crearon alrededor suyo, no tuvo otra salida que gritar la necesidad de la ruptura cuando su vida se sabía acabado, pero aún así, y personalmente sin entender aún porque no se atrevió a ello, dejo intacto el sustrato gansteril. No entiendo porque más miedo se le tiene al poder que te rodea que a la propia muerte. ¿Es que las estructuras de burocráticas de Estado son tan inmensamente poderosas que aún frente a la evidencia de la muerte se imponen?. Aquí hay algo que no entiendo, es un fondo metafísico desconocido o simplemente alguna información que me falta, o será que soy un imbécil.
A partir de allí ha venido un desastre que harto estamos de denunciarlo en sus efectos y orígenes material-económicos, políticos, sociales, pero en este caso no se trata de repetir lo gritado. Un amigo me decía que en estos días en uno de estos programas de chismes contra la oposición de Diosdao Cabello, el amigo ya no solo habla de chismes acompañados por cualquier cantidad de discursos de Chávez, sino que ahora, asemejando al caudillo, hace programas junto a civiles y militares que lo aplauden. Pero burlándose de su héroe y comandante, hace poco monta un programa donde su público militar y civil, aplaude nada menos que una hora de televisión presentando a su familia. No es la familia de su cachifa que las deben tener a montones la que vale, no es la familia haciendo colas condenada a un sueldo pírrico que no es más que explotación pura de una fuerza de trabajo que paga con su esfuerzo lo que otros han desfalcado, es su familia, padres, tíos, hijos, hermanos, y dele, gozando las consecuencias infectas de una historia. Su goce es el retrato perfecto de la burla a nuestra explotación como pueblo. Pero en fin, más que el aborrecimiento que personalmente me da semejante manipulación mediática con valores fotográficos gomecistas o propios de las culturas pictóricas de la oligarquía del siglo XIX, quiero simplemente acotar que el “adiós al chavismo” no es solo del honor indignado del pobre, es también de los que se gozan con televisión al frente, todas las divinidades del poder. Si mi familia es lo bonito, el caudal de una fama política heredada, entonces mi amigo usted quedó absorbido del todo dentro de una equivalencia sonámbula de que su familia pueda ser el retrato de algún placer que dignifique al ser nacional. ¡Que locura egocéntrica, reaccionaria y hedonista!… ¡adiós al poco chavismo realmente profuso y de pueblo que queda!… y súmenle una cuota simbólica evidente: militares aplaudiendo el acto, es al mismo tiempo un mensaje de terror que bajo sus sonrisas compradas nos están añadiendo haciendo uso familiar del orden mediático que controlan.
El poder corrompe, si claro pero más allá de todo el poder es una creación histórica desde que un hombre se puso por encima de otro creando las diferencias sociales, algo que solo desde Maquiavelo se entendió cuan poco tenía que ver con lo moral sí mucho de la capacidad de mover las técnicas de la manipulación de circunstancias en la relación amigo-enemigo. Fue genial su aprendizaje o lo que inspiró, dejó en claro de que se trata la política frente a un mundo que se preparaba para invadir el mundo bajo su modelo mercantil-explotador que habrían de llamar “democracia”. El chavismo como a todos le tocó también corromperse, reproduciéndose en un legado de digna manipulación maquiavélica donde a diferencia de tantas memorias revolucionarias pasadas no deja materialmente nada. No deja nada que suponga inteligencia, productividad, ciencia, organización colectiva, de lo cual podamos estar orgullosos a pesar de todo. Es un legado vacío y meramente simbólico, donde solo los pocos que han podido resistir al cerco violento y burocrático al que han condenado este país, quedan medrando un grito revolucionario y autogobernante posible: comunidades, comunas, ordenes de control obrero decaídos, sin posibilidad alguna de unificarse para despedazar esta infernal burla. Eso ahora es imposible, mas tarde quizás pero los pasos de unión habrá que darlos, y son muchos y largos.
El “adiós al chavismo” es el adiós a un extraordinario sueño que frente a nuestras caras se nos convirtió en una pesadilla, en una especie de maldición a la cual todas las tendencias que se dicen revolucionarias día a día le proponen una salida; unas mas principistas, otras más pragmáticas, otras valientemente se despegan del comando político oficial. Pero así mismo, todos los días esto va perdiendo más y más sentido, ya que el chavismo dejó de tenerlo, siendo inútil proponerle salidas cuando su esencia quedó totalmente ahogada en el fichaje gansteril que gobierna el gobierno, gobierna sus bases, gobierna el saqueo monumental que han generado.
Los afiches del recuerdo chavista y del mismo Chávez se desmoronan ante la indiferencia colectiva, para pasar a la nada, al símbolo sin contenido propio de los capitalismos informáticos, esa “estética del vacío” que inauguraron ya hace unos años nuestros espléndidos escuálidos. Y esa es precisamente la razón por la cual el chavismo muere condenando a todo un pueblo a la improductividad, fascinado por la capacidad de manipulación que le ha dejado su comandante-presidente y que se la arrebatan después de muerto, pero deshaciéndose a su vez en esta fascinación mediatizada. Se olvidaron de hacer el cálculo en el tiempo de cuánto funciona semejante imposición al subconsciente colectivo. Ya llegó su fin, ya llegó el adiós que millones le estamos dando.
Estoy seguro no obstante, que este adiós, y los que se van a ir acotando, no son solo un final de frustraciones dejando castrada la aventura revolucionaria. Precisamente ese enorme vacío, ese contexto de radical improductividad con que deja tirado el chavismo este país, puede ser al mismo tiempo, el punto de partida de un nuevo brote soñador, sin caudillos ni ordenes simbólicos preestablecidos, de relaciones directas, horizontales, comunicantes y productivas entre comunidades de seres trabajadores donde resplandezca de nuevo la “moral del alzado”. Si nos fijamos en el proceso de pacificación de las FARC y probablemente el ELN en Colombia, también podría decirse que muere lo que fue un gran sueño lleno de sangre. O la misma Cuba de donde renace el placer de la usura y la acumulación, después de décadas de increíbles esfuerzos, combinada a la amistad con los EEUU. Puede ser que generaciones que ya hemos pasado los años nos quedemos atrapadas en esta frustración, trataré que no sea mi caso. La sangre nuestramericana no se va a quedar quieta, y mucho menos entre nosotros venezolanos donde el chavismo al irse finalmente al carajo, nos deja todo por hacer, vivitas las utopías de quien no acepta morir entre afiches y propagandas; la nada nos forzará a la creación. Un mundo nuevo sigue por crearse y la belleza vital del Che que todavía muerto parecía en vida, lo sigue inspirando, mientras tanto váyanse al coño de lo que sea grandísmos farsantes, ladrones, mentirosos, traidores, que el pueblo venezolano y nuestramericano pide paso, y si no se lo dan será de nuevo con su sangre que sabrá dárselo, ¡no hay pueblo vencido!.
Roland Denis fue viceministro de Planificación del gobierno de Hugo Chávez
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definitamente pura paja.
ResponderEliminarTarde piaste pajarito. Tu eres parte de este desastre que una vez apoyaste y que ahora, cual novia arrepentida vienes a llorar. No bastan las buenas intenciones, de eso está lleno el cielo y el infierno; vivimos en un mundo físico y lo que transforma el ambiente en búsqueda de la felicidad de sus habitantes es lo que tiene valor; si fuera un mundo espiritual lo que hagamos por el espíritu sería lo que tendría valor. Llegaron al poder porque había una necesidad de cambio; el pueblo lo requería y todavía lo sigue requiriendo pero el poder los volvió imbéciles y en vez de buscar el progreso se anotaron con el atraso. Hemos perdido una hermosa oportunidad de dar un salto cuántico hacia la felicidad de nuestra nación; tuvimos los recursos pero se los robaron, los regalaron y no se supieron invertir sino gastar en mantenerse en el poder. Se olvidaron que el poder lo da el pueblo y si éste está descontento el poder se pierde. Creyeron que dándole limosnas al pueblo éste se quedaría tranquilo mientras ustedes se preocupaban por mostrar ante el mundo una revolución de mentira. Qué tal si hubieran invertido ese capital malgastado en producir progreso; hoy nadie los estuviera cuestionando y tendrían en su bolsillo el verdadero poder: el pueblo. El socialismo es una utopía; querer mantener un sistema mantenido solo por la renta petrolera es una farsa; no conozco ningún país que progrese y se mantenga sin trabajar. Vivimos en una gran mentira: que el petróleo puede mantener a todo un país, falso de toda falsedad. Lo han demostrado países que no tienen petróleo y están mucho más adelantados que nosotros; lo único que mantiene un país es la creatividad y el esfuerzo; nada más. Y ustedes han demostrado que no tiene creatividad, no saben que es esforzarse y les molesta el trabajo. Venezuela es el único país del mundo en que le pagamos a los dueños de las estaciones de combustible para que le regalen al vulgo el combustible; es el único país en donde cualquiera puede tener la cantidad de vehículos que desee sin pagar un impuesto; es el único país en donde puedes tener la cantidad de viviendas que te de la real gana sin pagar un impuesto; el único país en donde no se paga el agua que se consume y que cuesta tanto trabajo tratar y llevar a los hogares; el único país en donde el precio de la electricidad es risible y en donde algunos ni la pagan. Eso nos ha llevado a que no somos personas capacitadas para vivir en ningún país del mundo en donde a estos servicios se le de el verdadero valor, sin embargo, lo hacemos porque en esos países se valora el esfuerzo y se les paga a quienes trabajan, no sueldos miserables de sobrevivencia, sino verdaderos sueldos que les permitan mantener su dignidad de personas y no limosneros de oficio que es en lo que nos han convertido. Tu hablas del Ché y su transnochada revolución de los años 50; despierte amigo, estamos 75 años después; el mundo es otro; los sueños son otros. No traslade su sueño de liceista a una realidad contemporanea en que ya no veneramos médicos asesinos, sino médicos dedicados a dar vida y no ha asesinar a personas que no comparten nuestras ideas. Dejen dormir tranquilo a Bolívar, a Paez y a todos los que hicieron su trabajo de independizarnos de España; ellos hicieron su trabajo y se les debe agradecer el esfuerzo; ahora nos toca bailar otro son que se toca con diferentes instrumentos pues aunque los sueños son los mismos son diferentes las realidades en que nos movernos en este mundo globalizado. La revolución sigue llamando en nuestros cerebros y nuestros corazones; la revolución de las ideas, de los conceptos; la revolución de la cultura y el conocimiento; la revolución de la realidad cotidiana de un mejor ahora; es ya, no puede esperar a que se posicionen las ideas en el mundo que nos rodea sino que transformándonos transformaremos nuestro entorno íntimo y los demás países nos verán con nuevos ojos; como ejemplo de un mundo posible. Tarde piaste pajarito. Llora como una rata barata lo que no pudiste defender como un hombre.
ResponderEliminarSin desperdicio, permita felicitarlo.
EliminarCon su permiso quisiera compartirlo.
LO FELICITO SEÑOR HECTOR MUY ACERTADOS SUS COMNETARIOS
EliminarLe felicito por su asnalisis señor Cepeda y a lo mejor usd con ese comentario contrapunteando al pajarito que pió se ganará la adversi+ón del oficialismo.
EliminarYo no me doy por vencida. Yo apuesto a las nuevas generaciones. Como ha sucedido. La lucha es algo constante y hay que creer en la sabiduria del pueblo. Latinoamerica ha tenido nuevos liderazgos. Alli EVO representando al pueblo, Ecuador, inspirado en VENEZUELA. Miles de jovenes que apenas han vivido nuestro proceso de cambio hacia un socialismo. Yo, como lider de vanguardia, NO RECONOCIDA y ni me importa, hemos sembrado el camino. QUE ME IMPORTA SI NO SOY RECONOCIDA. Lo importante es que hubo un hombre que abrio los ojos Y YA NO ESTA y el pueblo debe seguir la lucha. Y no es facil y hay fuerza. Ese es el puueblo.
Eliminarja ja ja , otro luis miquilena
ResponderEliminarPor q no lo lee pirela?
ResponderEliminarbueno para no extenderme mucho voy a resumir lo mas sensato y acertado que este señor menciono en su articulo es que es un imbecil y nuestra bella patria esta gobernada y dirigida en este momento por un grupo reducido pero dañino de imbeciles pero ya el pueblo manipulado conformista y engañado desperto con mi madre mencionaba un refran muchos aprenden es a punta de carajasos ahora lleven pero la gran mayoría de nuestro pueblo es fuerte ingenioso y trabajador así es que pronto saldremos de esta pesadilla y eso si no es que borron y cuenta nueva todos estos mal llamados revolucionarios como este tal RONAL DENIS que ahora muy manipulador pretende deslastrarse de sus culpas tienen que ser juzgados y castigados con prisión como sucede en nuestra hermana república de COLOMBIA donde van a prisión y destituyen senadores diputados alcaldes y gobernadores no se tiene que pelar a nadie de igual forma ministros y viceministros no te la vengas a dar de santo arrepentido con el cuentico de adios al CHAVISMO Y A CHAVEZ ya ese IMBECIL MAYOR para el bien de VENEZUELA y el mundo se murio
ResponderEliminarMuy romántico tu articulo ..pero Eres responsable de este desastre y ya eso tampoco lo podas cambiar !!! asuma su responsabilidad ..y no sea gallina ni salga corriendo como ya es costumbre chavizta !!
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