lunes, 21 de septiembre de 2015

Hormiguicidio



I

Desesperado por lo que ya sabe que viene, el rey preguntó:

—¿A quién le busco pleito hoy?... ¡Ya sé! Al presidente morenito que habla inglés… No, prefiero a alguien que hable español...

—¡A Rajoy!

—¿El de España?

Ministros adulantes, aclaran:

—Sí, su majestad –luego de aplaudir, añaden–, pero con él ya se metió el mes pasado.

—¡Ah, vaaaiiina...! Entonces a mi nuevo mejor amigo de Colombia… ¿Cómo se llama el santurrón?

—¡Santos! –acotó un embajador–, pero a ese cada ratico lo insulta.

—Y… ¿A la chilena que pelea con Bolivia?

—Ella es de las nuestras.

—¡Era! … ¿Y a López?

—A ese, como usted me dijo, lo metí en una celda más pequeña –respondió una jueza.

Tres talentosos escritores, bien vestidos y bien pagados, intentan complacer al rey.

—¿Y a Vargas Llosa? –sugiere uno.

—¡Ese no está a mi altura!

—¿Y a los chinos?

—Me encantaría porque son capitalistas… pero les debemos mucho.

—¿Y al de Guyana?

—¡Nooo!, no vaya a ser que por mala suerte nos devuelvan ese territorio, y con esta pelazón, ¿cómo los vamos a mantener?

—¡Me toca jalar a mí! –gritó un ministro por allá–. ¿Qué tal si insulta a los maestros o a los estudiantes o a los periodistas o a Fedecámaras o a los carniceros o a los licoreros o a los caricaturistas o a los ganaderos o a la oposición o a los banqueros decentes o al presidente de la Polar…?

—¡No! A ellos ya los insulté –dijo enérgico el rey, y añadió–: ¿Y si mejor inauguro un Mercal con cola y todo? Y… ¿si compro pollo brasileño o maíz boliviano?

Un niño de la calle que se coló en la corte, gritó: “¡El rey está desnudo!”.

—Ese muchachito es de otro cuento. A ese lo mandó Uribe. ¡Me lo deportan ya!



II

—Compatriotas, hemos descubierto un plan golpista que incluía un magnicidio. ¡Hay miles de conspiradores implicados que ya tenemos identificados! Como prueba de eso, tengo un video que sacaré en cualquier momento. Gracias a Animal Planet, descubrimos a unas hormigas paramilitares, que siguiendo instrucciones de Álvaro Uribe, intentaban bachaquear el azúcar del palacio. Esta mañana encontraron una columna de hormigas soldados en mi despacho real. Con sigilo y cautela, las seguimos y logramos avistar un boquete que habían abierto en donde ocultaban, para sustituirme, a una reina oligarca llamada María Hormiga Machaco. ¡El plan ha sido abortado! Advierto a las hormigas de derecha que no sigan con la guerra cómica. De ahora en adelante, país que acepte bachacos en su territorio, país al que le voy a poner las relaciones color de hormiga.

Original El Nacional


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